CUENTO MUSICAL “PEDRO Y EL LOBO” de Sergei Prokofiev

 En 1891, nace Sergei Prokofiev, compositor ruso que en 1936 creó Pedro y el Lobo, un cuento musical que Suzie Templeton llevó al cine de manera magistral.
Esta bella composición es una historia en la que los instrumentos son protagonistas y que hoy día es utilizada para enseñar la sonoridad de los instrumentos sinfónicos más comunes.
Prokofiev compuso este cuento pensando en los niños. Por esto incluyó un narrador para que fuera contando lo que estaba pasando.
A cada instrumento le asignó un personaje. Como el nombre de la obra lo indica, Pedro y el Lobo son los principales. Al pequeño niño, alegre y muy valiente, lo representa la sección de las cuerdas de la orquesta. Violín, Viola, Violonchelo y Contrabajo le dan vida a Pedro.
Por su parte, el antagonista de la historia, el Lobo, es representado por los Cornos Franceses que, con una melodía a voces, intimidan a la audiencia cada vez que empiezan a tocar.
Los amigos de Pedro, el Pájaro y el Pato, son la Flauta y el Oboe respectivamente. 
Su abuelo, con quien vive el niño, es un pesado Fagot con una melodía muy repetitiva que al oyente le hace pensar en el caminar de este hombre ya algo viejo pero que siempre piensa en el bienestar de su nieto. 
El gato, gran amigo del abuelo, es el Clarinete elegante y orgulloso que quiere cenarse al inquieto pájaro.
También hay cazadores que vienen por el Lobo que son la sección de vientos de la orquesta y sus escopetas, disparadas en varias oportunidades, son muy bien representadas por los Timbales.